Se dice que la vida esta llena de coincidencias, de casualidades que nos acontecen a diario y en todo momento sin que notemos la mayoría de ellas, personas pasan, situaciones ocurren y eventos aleatorios se desenvuelven en nuestra vida diaria sin que los notemos siquiera, en ocasiones levantamos la vista de nuestro ensimismado pensamiento y podemos ver la belleza de esos momentos que van dejando huella en la memoria, que van grabando significado, podemos oír la música que acompaña cada instante…
Me sorprende en ocasiones darme cuenta de la fragilidad de que ciertos eventos hayan ocurrido y de la belleza, luz y alegría que trajeron y han dejado en mi vida.
¿Cuál era la probabilidad de conocerte en ese lugar, que coincidiéramos en un punto de esta gran ciudad?, ¿Qué nuestros ojos se cruzaran y vernos directamente atreves de ellos, que me gustaras tanto como yo a ti?.
No puedo imaginar mi presente sin haberte conocido, sin tu esencia, tu olor, tu amor en mi vida, todos lo momentos juntos y el significado que ahora tienen muchos eventos aleatorios a mi alrededor que asocio con ese breve nosotros. Un desayuno me recuerda a ti, una mañana nevada me trae felicidad, que suene esa canción en la radio, o ver esa película ahora tiene un impacto importante en mí, incluso objetos simples como un collar secuestrado, una pulsera que nunca fue entregada o ver un lindo alcatraz, hoy todo eso trae una sonrisa a mi rostro.
Pero ¿Qué tan probable que quisieras besarme tanto como yo a ti y que tus besos fueran tan adictivos?, ¿Qué casualmente estuviéramos tan relacionados con personas y lugares en común, que ni eso nos importara y aceptáramos asumir el riesgo?.
Hoy, en esta callada mañana, pensando en ti, solo puedo conectar esos puntos hacia atrás, intentar seguir el rastro de tales eventos, de tantas coincidencias para que tú y yo pudiéramos vivir esto juntos, personas en diferentes tiempos, en situaciones diametralmente opuestas, dejándose llevar por la magia del momento, por el sentir, por el vivir, sin importar el futuro, disfrutando de las casualidades que llegan y nos traen un pedacito de cielo, de lo intangible de la belleza de la vida.
¿Qué posibilidad había de que nuestra piel se reconociera, que nuestros cuerpos sintieran esa conexión, esa atracción tan fuerte?, ¿Qué tan probable era que te deseara con tanta devoción, que me amaras tanto como yo a ti?, que le dieras tanto a mi vida que no pueda dejar de pensarte, que no deje de extrañarte.
Y estoy convencido de que nada de lo nuestro es meritorio, es casual, afortunado, aleatorio, tú y yo allí afuera tomados de la mano, besándonos, viviéndonos.
Julio Cesar
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