Hace apenas pocos minutos te fuiste de mí y ya te extraño, extraño tu sonrisa, tu olor, el calor de tu cuerpo.
Hace unos instantes me despedí de ti, bajamos por el elevador aun abrazados, besándonos y riéndonos con un poco de nervios, cómplices de una mañana explosiva llena de entrega total, de intimidad y de pasión intensa.
No me explico como puedo liberarme tan abiertamente contigo, sentirme pleno, recolectar toda la felicidad que hay en mi y compartirla por unos momentos junto a ti. Siento que el tiempo se detiene cuando estamos juntos, que solo existimos tu y yo, nuestros cuerpos y nuestra esencia. Es una sensación única que nunca había sentido, que me vuelve loco y me encanta.
Tus besos me transportan al infinito, tu piel se fusiona con la mía, tu calor me envuelve, mi respiración se corta y mi ser se entrega a ti completamente, no puedo evitar amarte, no puedo evitar sentirme tuyo. Hacer el amor contigo es algo fuera de este universo, mi piel, mis sentidos, mis entrañas, mis sueños, todo lo que soy se entrega de una forma total, con libertad pura. Una emoción, una sensación que es solo mía por ti, que me hace darme cuenta de que era un ignorante en temas del amor y del placer.
Estar contigo, besarte, probar de ti y de lo que me ofreces es como un tener un viaje a mi interior, a las profundidades de mi ser donde descubro mi divinidad, donde siento como cada centímetro de mi piel, cada cabello, cada órgano interno explota y se eleva, pero también me doy cuenta de mis miserias, de mis fallas y mis miedos. Vivo una dicotomía entre la divinidad y la miseria que me hace sentir vivo, feliz, pleno de que estés a mi lado.
Mis mañanas junto a ti son lo mejor que tengo, me encanta verte reír, feliz almorzando juntos en el restaurante, bromeando con el mesero que nos reconoce por tantas veces que coincidimos, somos amigos, somos amantes, somos cómplices de una vida oculta tuya y mía, nuestra.
Y no espero un final feliz, un final de película, vivo el hoy, el momento que me ofreces y que compartimos, solo quiero una mañana mas junto a ti, y que esto no termine.
Despierto pensando en ti, esperando a que toques mi puerta, sabiendo que escapaste de casa con una mentira para poder verme, para tener estos momentos juntos, momentos que dejan huella en nuestras vidas, que nos dan motivos de felicidad.
Julio Cesar
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